martes, 27 de abril de 2010

LA VELOCIDAD DEL INSTANTE

Yo me declaro desde aquí un completo fan de la última página del periódico gratuito ADN, me encantan por regla general todas las columnas que cierran el periódico, me encantan como escriben todas las periodistas o escritoras que cada día se encargan de hacerme más llevadero el viaje hacia el trabajo, que consiguen movilizar a todas mis neuronas y pensar ya desde temprano en muchos temas de gran interés que hacen posicionarte a favor o en contra de lo que esa persona te está proponiendo…

En fin, que soy fan, y aunque es verdad que una de mis manías es empezar a leer cualquier periódico por atrás, lo confieso, con el ADN me pasa todo lo contrario, dejo para el final esa columna última como esperando que esa sorpresa que siempre me causan sus columnas me dejen un buen gustillo, como creando suspense y expectativas a mi mismo, curiosidad, intriga….

Aquí os dejo con una de ellas que leí el otro día y que me gustó bastante, espero que también os guste a vosotros….

Desde luego, no le falta razón….en esta sociedad donde el tiempo se mide por su velocidad y no por su intensidad, una sociedad en donde es el ritmo vertiginoso del tiempo que llevamos la soga que hace que muchas veces no encontremos el aire necesario para respirar, el aire necesario para vivir, el aire necesario para ser feliz….

Ahí va un poquito de aire…RESPIRADLO!!!




21 de Abril de 2010 Ángela Becerra


La velocidad del tiempo

Un minuto puede ser un soplo de nadas o un ciclón de todos. Lo que conocemos como" nuestra edad" es el resumen de aquello que vamos depositando sobre nuestro tiempo vital, ese que iniciamos con un grito y se nos va con un silencio.

Hoy, el tiempo que nos toca vivir, poco o nada tiene que ver con el de otras épocas, porque está marcado por un hecho definitivamente nuevo: la velocidad de nuestro tiempo.

En este 2010, confundimos la urgencia con la vida. Para permanecer e incluso ser, otros decidieron que había que correr empleando el código "tiempo veloz". Nos trataron de moldear entre flashes de modas efímeras, hormigones de hipotecas y estímulos de imitaciones sin raíces ni ambiciones. Y sin tomar conciencia, nos subieron a una plataforma de histerias, con taxímetros de tarifas desquiciadas, para tratar de llegar antes a la nada.

Después de tanto vivir, uno descubre que tras esas esquinas, jaleadas de ida estúpida, existe otro tiempo; otra forma de entender la vida. Es el tiempo tranquilo, el del silencio, que valora el ser por encima del tener. Aquel que no acepta peajes por ostentaciones estrelladas en miserias vacías. Aquel que sabe encontrar el perfecto e indiscutible punto personal. Ese punto íntimo y placentero entre el coste de la decencia y el alquitranado rasante déficit de la indecencia.

Definitivamente, la vida es una cuestión de velocidad

2 comentarios:

Rocio dijo...

Es una verdad como una casa, por eso hay que intentar vivir relajadamente para saborear cada minuto y que no pase por nosotros sin darnos cuenta por culpa del estres. Podemos perdernos muchas cosas.

Feliz martes!!!!

Ana dijo...

El ADN como periódico gratuito, no me va demasiado prefiero leer los de la competencia, pero estoy de acuerdo contigo, Santi, las columnas de opinión de la contraportada están muy bien la mayor parte de los días. Yo también la reservo para el final...Y, también (jeje) están muy bien los sudokus que están al lado...

¡Arriba el transporte público y los periódicos gratuitos!