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martes, 22 de mayo de 2012

BREVE HISTORIA DE PASIÓN


ELLA: Cariño, dicen que el color rojo es el color de la pasión, ¿tu que opinas?

ÉL: Que te deseo, mi amor, te deseo tanto....



domingo, 29 de enero de 2012

AGITADO....

En este blog me prometí ser siempre sincero con mis sentimientos, aunque escuezan...

Esta noche he dormido mal, he estado muy agitado y me he levantado sediento.....PERO SEDIENTO DE TI!!! Mi almohada huele a deseo y a soledad y mi corazón no para de bombear y bombear al recordar tu sonrisa...

Porque cada día que pasa, cada hora que pasa, cada minuto, cada segundo, cada suspiro, tu estás más guapa y el color de tus ojos más me matan....





FELIZ DOMINGO!!!!!!! ME ENCANTAN LOS DÍAS QUE AMANECEN ASÍ!!!!!

Con días así.....¿Quién echa de menos los días axfisiantes del verano?

sábado, 14 de enero de 2012

JUEGOS...¿DE TRONOS?

El silencio de sábanas revueltas era ensordecedor, el ruido de la melancolía era mudo, tu ausencia era irreemplazable.....



sábado, 13 de agosto de 2011

LOCURAS ESTIVALES

Madrid está en el más absoluto y completo silencio…las calles parecen desiertos donde no hay oasis posible, los parking simulan explanadas de asfalto que lloran entristecidas al echar en falta el rugir de los motores y los parques son alfombras verdes solitarias que reclaman entre lamentos que alguna pareja de enamorados se tumben sobre ellas para despertar a la pasión y al deseo.

Pero Madrid está sumida en un profundo sueño….

Madrid, calor, Agosto, soledad, tormenta, un largo fin de semana por delante y yo aquí, en la gran urbe reclamando deseos de cosas imposibles, deseos de amores imposibles.

Después de la tormenta de anoche siempre llega la calma, tormenta de verano intensa, eléctrica, potente, húmeda pero tremendamente fugaz, efímera como lo son los amores de verano, esos amores intensos que están condenados a no perdurar, amores que ya desde el principio nacen con fecha de caducidad, y nos entregan a los brazos de una falsa felicidad en nombre de la pasión. Y lo peor es que nosotros lo sabemos aunque nos empeñemos en alargarlos, somos conscientes de que no es eso lo que queremos…disparos de mentiras a nosotros mismos y sin chalecos antibalas.

Madrid duerme bajo un sofocante calor y yo ya estoy despierto…

Puñado de pensamientos esquizofrénicos sin orden ni sentido pulsan las teclas de este ordenador reclamando compañía mientras mis pensamientos viajan en avión y vuelan lejos…

Me acabo de levantar, Madrid todavía duerme, el calor es sofocante y la sed reseca mis labios, estoy sediento de ti…

¿Me dejas bañarme en el mar de tus ojos y apagar la sed en el manantial de tu labios?

Más allá de sueños locos, en Madrid hace calor, la soledad se instala entre las sábanas de mi cama y la realidad insiste en perseguirte para que te quede claro que todo son sueños, ilusiones que solo viven en tu mente.

Como dice Sabina, en Madrid la vida es un metro a punto de partir….yo ya he perdido muchos trenes…

¿El siguiente es el mío?


Me voy, que lo pierdo…..






sábado, 26 de marzo de 2011

A TI.....

En este sábado de descanso quería dedicarle un poema a la vida, a la rutina que nos hace movernos por el mundo diariamente, a esa vida cotidiana que al final es la que mueve la dirección de nuestra existencia…

Hoy quería dedicar este poema al amor que surge en cualquier sitio, que no entiende de tiempo ni espacio, hoy quería dedicarle este poema a la chica de la que creí enamorarme el otro día en el metro…no se tu nombre, no hablé contigo, solo te miré intensamente, consciente del poco tiempo que nos quedaba, sabiendo que un reloj de arena marcaba el tiempo que estaríamos juntos, en el mismo vagón de metro.

Compartimos 5 estaciones de metro, yo me bajé en Vinateros y tú seguiste, yo me despedí con otra mirada furtiva, un atraco a mano armada de mis ojos contra tus ojos, y tu, ajena a todo te tocabas el pelo.

El tren arrancó y te perdí por un túnel oscuro que solo tus ojos serían capaces de iluminar…

Así que me giré, miré al tren que se alejaba, levanté la mano al aire y en un susurro solo fui capaz de decir….¡adiós!

Consciente de que ese tren jamás volvería, consciente de que jamás la volvería a ver…


En una estación de metro

Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro

y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos

y la perdieron para siempre entre la multitud

Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por la estaciones

y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles

Y quizás el amor no es más que eso:

una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro

y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre


Óscar Hahn
En una estación de metro

domingo, 28 de noviembre de 2010

HACE FRÍO....


Hace frío, mucho frío. El calor del hogar no consigue calentar el olor de tu ausencia. Tu recuerdo me persigue como una obsesión y me gustaría que los dos estuviésemos bajo unas mismas sábanas en esta mañana de domingo en la que te llevaría el desayuno a la cama. El menú sería café caliente y buffet libre de besos y caricias por todo el cuerpo.

Hace frío y todo me recuerda a ti, tengo ganas de ti, de abrazarte, de sentir el calor de tus latidos cerca con su continuo bombeo, como si fuera el tic tac del reloj que marca mi existencia, pero sin ninguna prisa, como si la vida fuese eterna, como si fuésemos a vivir para siempre en la misma cama, con las mismas sábanas envueltas con el olor de tu perfume y el calor de nuestros cuerpos después de una noche despiertos, combatiendo el frío como mejor sabemos, piel contra piel. Un temporal de pasión azotaría nuestra habitación, recorriéndola de parte a parte hasta hacernos estremecer.

Hace frío en la ciudad de la melancolía, en la ciudad de la ausencia, y me gustaría pasear contigo por el retiro, cogidos de la mano, tus manos protegidas por manoplas y las mías no, tu cubierta con una bufanda y yo arropado con la luz de tus ojos claros y el calor de tu conversación. Compraríamos castañas asadas simplemente para calentar nuestros dedos ateridos por el frío y comentaríamos que ayer dijo el hombre del tiempo que hoy puede nevar. Pero a nosotros nada de eso nos preocuparía.

Ya ves, hace frío en Madrid y sin ti, este enfermo no consigue dejar de soñar ni entrar en calor aunque arda en deseos de amarte, de cuidarte, de demostrarte que te quiero, de enseñarte que podemos estar juntos….

Porque en los días fríos es cuando más necesitas a alguien, es cuando más te necesito a ti…..

¿Por qué no derretimos la nieve de la capital con el calor de nuestros besos?

O mejor, mi campanilla… ¿por qué no huimos los dos volando al país de nunca jamás?


SANTIAGO ORTEGA

lunes, 14 de diciembre de 2009

SOLO QUIERO....

HOY SOLO QUIERO QUE ME EMBORRACHES DE AMOR CON BESOS DE CHOCOLATE Y WHISKY, Y PODER QUEDARME A VIVIR PARA SIEMPRE EN EL INTERIOR DE TUS MUSLOS…..




viernes, 27 de noviembre de 2009

VIERNES Y LLUEVE SOBRE MOJADO.....


Por fin el invierno hizo acto de presencia y aunque la tristeza de este tipo de días es manifiesta, si os soy sincero, ya lo echaba de menos. Estamos ante un invierno atípico, un invierno seco, donde la lluvia no se atrevía a ser la protagonista y el frío apenas rozaba nuestra piel.

Pero de pronto los días desapacibles, fríos, tristes, con lluvia, esa lluvia que te moja hasta el alma, se instalaron en nuestra vida inyectándonos el veneno de la melancolía.

Me gusta el sol, necesito verlo, necesito sentirlo sobre mi piel, me pone de buen humor, me recarga la pilas, soy un ser claramente heliocéntrico, mi vida gira entorno al sol pero debo reconocer que el tiempo estaba mostrando una cara oculta que no me gustaba, este aparente verano en noviembre que hacía arder nuestra piel oponiéndose al poder del calendario, este verano que resulta ser más falso que el amor de una noche en una discoteca de Madrid.

Por eso, a pesar de que estos días feos me hunden un poquito, sobre todo cuando se prolongan durante días, también debo confesar que los echaba de menos.

Porque aunque pueda parecer una contradicción, también amo los días como hoy, porque me dan ganas de hacer muchas cosas para mí, me dan muchas ganas de leer, de acomodar mis desordenes, reflexiono sobre muchas cosas y me surgen realizar algunos cambios en mi vida.

Son esos días en los que pienso solamente en MI y en nadie mas!

Trato de ponerme mis propios limites y mis propias metas!

SON DIAS DE REFLEXION PERSONAL!

Y ayer sentí eso, ayer fue uno de esos días, días de reflexión, de decisiones importantes, días de elecciones ante las que tomar partido, siempre hay que mojarse, no vale quedarse indiferente, días de maravillosa lectura, de música suave, tan suave como un susurro de amor, de cafetito caliente, muy caliente, humeando mientras calentamos nuestras manos al contacto con la taza, días de dulce melancolía, días de esperanza en el futuro y días de contemplar por la ventana como llueve sobre nuestro incómodo pero precioso Madrid.

Por eso ayer, a pesar de la semana más horrible de trabajo que llevo y del mal humor que voy arrastrando desde el lunes, sentí suavemente el dulce sabor de la melancolía y la perfecta embriaguez de la esperanza, que en las dosis adecuadas son el mejor coctel de la felicidad. Porque el brebaje de la felicidad consiste precisamente en eso, en una mezcla perfecta de sentimientos, añorar o desear algo por un lado y la alegría, la ilusión, la esperanza porque se hagan realidad por otro.

Porque la felicidad siempre está escondida tras lo pequeño….

Pero parece ser que nos espera todo un fin de semana lluvioso, triste, melancólico…Y ESO YA ME GUSTA MENOS!!!!

En fin, al menos tengo la satisfacción que esta semana horrible llega a su fin y que el fin de semana viene a toda velocidad por el carril de la izquierda dispuesto a dejar a un lado y en el carril de la derecha al trabajo, que ya, solo son briznas sin sentido y vacías en nuestra memoria…

Disfrutad de las pequeñas cosas del fin de semana porque seguro que allí encontraremos a la anhelada felicidad….

QUE SEAIS FELICES!!!!!!

miércoles, 14 de octubre de 2009

UN PUÑADO DE SUEÑOS FRENTE AL MAR


Mañana de domingo en Marbella. El sol se despereza por el horizonte y despliega un manto de luz y calor sobre la arena de la playa. El sonido del reloj marca las 10:00 horas en punto de la mañana. Hace un día precioso. Los pequeños y traviesos gorriones cantan mientras revolotean de rama en rama. Camino despacio, saboreando ese día veraniego en pleno Otoño, saboreando la tranquilidad de la mañana, su paz. Tras un corto paseo por fin diviso el mar, el azul de la inmensidad, el abismo de la belleza y el paradigma del sosiego.
Un banco de hierro vacío se sitúa delante de mi vista, un banco donde la soledad no es tan dolorosa, un banco solitario como yo que se dirige hacía el azul infinito.
Me siento. Tengo un libro sobre mi regazo. Me aíslo del mundo. El sol calienta mi piel y el sonido de las olas cuando mueren en la orilla de la playa anestesian mis angustias, mis miedos, mis complejos. No siento dolor. Demasiada belleza ante mis ojos, demasiada tranquilidad ante mis sentidos, demasiadas cosas en las que pensar. Mis ojos dirigen la vista hacía el infinito, hacia esa línea que consigue que el cielo y el mar se toquen, hacia el horizonte, línea de la inmensidad, línea que nos demuestra lo pequeños que somos, lo insignificante de nuestra existencia. No me canso de mirar, quiero devorar con los ojos todo aquello que está frente a mí. El rumor de las olas penetra en mis oídos y lo hacen suyo, música celestial propia de cualquier paraíso terrenal.
El tiempo pasa, no soy consciente de él, estoy dentro de una burbuja impermeable a la realidad. De pronto se oye música de fondo, una melodía que me envuelve de melancolía, mi canción favorita. Amaral me acompaña, sin previo aviso, y las notas de “como hablar” se clavan muy dentro de mí. En ese momento, sentado en ese viejo banco frente al mar, me doy cuenta de muchas cosas, cosas que ya sabía y cosas que no sabía o que no quería saber. Ante aquella estampa la vida me parece el más bello regalo. Pienso durante mucho tiempo. Y siento también durante mucho tiempo. Pienso sobre la vida, sobre el paso del tiempo, sobre las angustias, sobre los miedos y complejos, sobre la muerte. Pienso sobre la necesidad de cambiar algunos aspectos de mi personalidad, pienso sobre la necesidad de dar importancia a las cosas en su justa medida, en sonreír, en luchar por encontrar mi sitio en este mundo en el que a veces me siento un poco desorientado. Pensar, pensar, pensar…..

Y después de tanto pensar, me doy cuenta que NO PUEDO DEJAR DE PENSAR EN TI….

Qué sencillo y que complejo es todo al mismo tiempo ¿verdad?


Y frente al mar, Y PENSANDO EN TI, me puse a cantar esta canción…..




La canción cesó, y sentí que en aquel lugar, solo, pero frente al mar, había sido feliz durante unos instantes, que tan solo con ese momento ya había merecido la pena el viaje. Sentí que seguía PENSANDO EN TI.

Ojala que algún día, podamos sentarnos juntos TÚ y yo en ese banco y mirando al mar nos amemos como si no hubiera un mañana, o precisamente para eso, para construir juntos un mañana…..

Un puñado de sueños que se escapan de entre las manos al igual que lo hace la fina arena del desierto…..


martes, 29 de septiembre de 2009

RECUERDO DE UNA MENTIRA



Juan se despertó al alba agitado y se dio cuenta que ella ya no estaba, se había marchado y solo quedaba ya el calor de su ausencia, la forma de su cuerpo en las sábanas, los besos que se dieron y unas gotas de perfume con olor a melancolía en la almohada.

El sueño que había torturado a Juan durante toda la noche se hizo realidad y ella huyó de su lado aprovechando aún la oscuridad que reinaba en la habitación. No había remordimientos, ni culpa, solo engaño y mentiras.

El calendario de la ausencia y la soledad se puso en marcha en ese preciso instante en que fue consciente de que jamás volvería a tenerla a su lado y desde entonces el tiempo se congeló, al menos para él, y decidió quedarse a vivir en esa habitación sombría, como su vida, con las mismas sábanas, con el mismo pijama, con los mismos muebles, con la misma luz, para siempre, un muerto enterrado en vida, un muerto que solo pensaba en ella, habitante de un mundo de locura permanente en el que el recuerdo de ella estaba siempre presente, el recuerdo de una mentira que aún hoy, veinte años después, necesita para vivir.

Juan nunca se medicó, se negó en rotundo, él no estaba enfermo, él solo estaba enamorado de un recuerdo y herido por una traición.

Juan solo estaba loco de amor, nada más, la locura más cuerda que puede existir. Locura que no impidió que Juan fuera feliz en ese mundo de escasos metros cuadrados cargado de recuerdos y de sábanas revueltas.

Sin embargo, ella olvidó a Juan esa misma noche y habitó en otras camas, dejando su recuerdo en sábanas revueltas, pero nunca encontró la felicidad ni lo que significa el amor en una vida irremediablemente vacía.

SANTIAGO ORTEGA

lunes, 22 de junio de 2009

EL PASADO SIEMPRE VUELVE III



Finalmente, al ver que nadie estaba a su lado, que nadie venía a su encuentro para cogerla de la mano o para fundir los labios con sus labios carnosos, esos labios que durante tanto tiempo pertenecieron a Raúl, esos labios que fueron manantial de agua fresca para calmar su sed, decidió acercarse, caminar unos pasos adelante para viajar lejos, coger los mandos de la máquina del tiempo y detenerse en el pasado, ese pasado tan cierto como que algún día moriremos, ese pasado que aún laceraba como el primer día.

Pero Raúl no sabía que hacer, no sabía como actuar… ¿sería realmente Claudia? ¿No se estaría equivocando? ¿Y si aquella mujer no era Claudia? ¿Y si aquella mujer solo era un espejismo entre la marabunta de gente que paseaba por un Madrid frío y sin alma, un Madrid donde la soledad escuece como lo hace el vinagre sobre una herida?

Mientras que pensaba, avanzaba lentamente hacia su objetivo con paso firme. Siete, seis, cinco pasos…el pasado cada vez estaba más cerca, y Claudia estaba allí, a su lado después de tantos años…cuatro, tres, dos pasos más, no podía dejar de contar…la inseguridad se estaba aliando con el miedo y un escalofrío recorrió la columna vertebral de Raúl…un paso, escasos centímetros…Raúl se detuvo justo detrás de ella, estaba tan cerca que podía escuchar incluso el eterno bombear del corazón de Claudia en continua sístole y diástole.

Raúl suspiró y dejo escapar así parte de sus miedos, Raúl susurró un nombre de forma casi inaudible, un nombre de mujer que apenas se pronunció, su voz se ahogó al igual que lo hacen los sentimientos más importantes en el pozo del alma. El nombre de Claudia salió de sus labios y viajó escasos centímetros para posarse como una caricia de terciopelo en la espalda de aquella mujer que le revolvía el interior, parecía un niño chico el día de su Primera Comunión.

- Claudia…-susurró apenas Raúl-.

En ese mismo instante, ella sintió una caricia acústica en su hombro y se giró, se giró para buscar al responsable de que su nombre se envolviera de musicalidad y ternura.

- ¿sí? -Acertó a decir Claudia-

- ¿te acuerdas de mí? –Dijo aceleradamente Raúl-

En ese momento el cronómetro de la ausencia y el transcurrir de la vida se pusieron en marcha y los segundos en silencio se hicieron eternos. Parecía que el tiempo, ese gran enemigo de los recuerdos, se había posicionado al cobijo del olvido y hacía que ella no lograse acordarse de él.

- No... –Dijo dudosa Claudia-

- Y si te digo que no nos vemos desde hace diez años...

- No puede ser... ¡RAÚL! –Gritó Claudia-

Y rápidamente se abalanzó sobre él fundiéndose en un intenso abrazo, donde ambos pudieron comprobar la felicidad y la alegría de aquel reencuentro con el pasado, de aquel primer amor perdido con los años. Ambos estaban tan contentos por haberse encontrado después de tanto tiempo que aquel abrazo fue interminable, parecía que no fuese a acabar nunca. Mientras que sus cuerpos se abrazaban, sus mentes no hacían más que dar rienda suelta a un sinfín de imágenes del pasado, cuando ambos estaban juntos, cuando aquel primer amor aún parecía que duraría para siempre. Pero, sin embargo, había pasado mucho tiempo, demasiado tiempo, y multitud de cosas habían sucedido en la vida de ambos.

Ajenos a todo pero inmersos en la emoción propia de ese momento, a Raúl se le agolparon multitud de preguntas en la comisura de los labios, solo quería recuperar el tiempo perdido, solo quería saber cosas de Claudia, de su vida, de su trabajo, de su familia, de sus amores, de su felicidad…

- Vaya sorpresa, ¿qué tal te va?

- Bien y ¿a ti? -Le contestó Claudia-

- Muy bien, todavía no me lo puedo creer. Me parece mentira que después de tantos años nos hayamos reencontrado en la cola de un teatro.

- Pues sí, tienes razón ¿te acuerdas lo que nos gustaba ir al teatro? Que casualidad…Y ¿qué haces aquí? ¿Vienes solo?

Aquellas preguntas de Claudia se clavaron directamente sobre Raúl porque no sabía que debía contestar, como debía actuar. Después de diez años en que la ausencia se había instalado en sus vidas y la casualidad de los reencuentros fortuitos en el metro no se había producido, a Raúl le apetecía charlar con Claudia, abrir el cofre que encerraba bajo llave todo el pasado, ese pasado común que el frío de diciembre y la soledad de sus respectivos corazones les instaba a recordar, a revivir a pesar del tiempo trascurrido. Pero Raúl no sabia que hacer, la incertidumbre se hizo manifiesta, por un lado aquella noche había quedado con sus amigos y por otro lado estaba seguro que Claudia no estaría esa noche sola, que en cualquier instante aparecería una amiga suya o algún hombre con una rosa amarilla entre sus manos, esas rosas que tanto le gustaban a Claudia.

Una rosa amarilla, esa rosa amarilla que les unió en aquel amor sin límites, repleto de frenesí, locura y caricias, una rosa amarilla cuyas espinas también les separó una lejana tarde de verano cuando el veneno de la adolescencia se clavó en su piel y empezó a sangrar el miedo y la cobardía a dejarse arrastrar por los sentimientos. Las espinas de aquella rosa les separó y Raúl jamás lo había olvidado….

CONTINUARÁ!!!!