Os dejo siempre las columnas de Ángela Becerra, a riesgo de que me llaméis pesado, porque no se si a vosotros os pasará o no, pero yo me siento muy identificado con sus palabras, y ese viaje en tren de madrugada todavía los miércoles no sería igual sin ellas….
Joe, y esta vez lo ha clavado…..que fácil es hablar, reír, vivir nuestra propia vida pero….QUE DIFÍCIL ES ESCUCHAR AL OTRO!!!!!
Es difícil, muy difícil, encontrar personas que te quieran escuchar, personas que no piensen mientras les estás contando lo que piensas que vaya coñazo estás metiendo, que vaya “raritos” que somos por sentir eso o aquello de más allá, personas que sean capaces no solo de escuchar sino de comprendernos, de meterse en nuestra propia piel, de entender aunque no se comparta la visión del otro….
En fin, que durante toda mi vida, que ya va siendo mucha, me he dado cuenta perfectamente de aquellas personas con las que puedes hablar de lo que te preocupa y aquellas personas con las que no, aquellas personas con las que intercambias pareceres y os reconfortáis en los momentos bajos, personas con las que te sale solo contarles tus cosas y personas con las que no, personas que se meten en tu piel y sufren o ríen contigo y personas que sin embargo te escuchan vagamente, te hacen sentir encima culpable por sentir “eso” en ese momento, personas a las que aburres, que no te entienden, que se agobian por escuchar a alguien cercano….
ESCUCHAR, gran palabra……
Yo creo que siempre he escuchado a las personas cuando me lo han pedido y cuando no, pero hay veces que yo no he sentido lo mismo.
De todas formas, yo creo que todos tenemos un grupo “muy cerrado” con los que sabemos que podemos hablar, escucharnos, reírnos, llorar….vivir, en definitiva, sin miedo a que esto suponga nada porque sabemos que siempre estarán ahí, estaremos ahí…
Sin embargo a veces te equivocas de personas, y aquellas que parecían las mejores, con las que mejor te entiendes, con las que no hay tapujos, con las que no hay ningún tipo de fisura, de repente muestran otra cara y te empiezas a dar cuenta que ya no te sientes igual de a gusto cuando le cuentas tus cosas, que te rehúyen, a los que tienes la sensación de aburrir o aquellos que jamás serán capaces de entenderte porque no son capaces de ESCUCHAR, pero no de escuchar simplemente por el oído, me refiero a escucharte con el corazón…a mi me ha pasado en varias ocasiones y es un momento duro, te das cuenta que duele, que lacera, que hiere…
Pero hay que asumir que siempre habrá personas cercanas con las que podrás compartir más cosas y personas con las que no, a pesar de lo que pudieras pensar en un principio.
Escuchemos a las personas que queremos, no cuesta nada y de todas formas…..HOY POR MI, MAÑANA POR TI!!!!
Espero que disfrutéis con la columna de Ángela Becerra….
FELIZ JUEVES!!!!!!!!
22 de Septiembre de 2010 Ángela Becerra
Shhhh... escucha
Qué dice? ¿Me interesa? ¿Lo critico? ¿Lo valoro? ¿Lo apruebo? ¿Lo rechazo? ¿Me conmueve? ¿Quién demonios escucha? ¿Por qué cuesta tanto entender a los otros?
Parece ser que la vida, después de irla viviendo, sufriendo y al final aceptando y bailando, nos enseña que todo tipo de convivencia pasa por entender. Pero, ¿cómo se entiende, si antes no se escucha? Hay muchos oídos y poca escucha. Escuchar es abrir nuestras ventanas internas dejando de lado los preconceptos o prejuicios. Escuchar no es tratar de que lo que oímos esté en consonancia con nuestros conceptos, o nuestro Yo más íntimo. Sí, aunque nos cueste asumirlo, hay que entender que los seres humanos somos variopintos, y es en esa diferencia donde reside la gran riqueza. ¿Dónde, pues, está la asignatura que nos enseñe a entender?
Somos animalitos tratando de sobrevivir en un mundo complejo. Estamos cargados de miedos, expectativas, ganas de ser y demostrar, de amar y ser amados. Creamos perfiles, muchos de metacrilato, con el único objetivo de ser aceptados por una sociedad que se rige por modelos relamidos que continúan teniendo éxito, en lugar de afianzarnos en nuestro yo y en comprender las diferencias.
Sólo escuchando de verdad llegaremos a la conclusión de que, al final, todos buscamos lo mismo: ser comprendidos.
Mientras escribo esta columna en una cafetería, miro a mi alrededor. Todo el mundo habla; de todos los que "escuchan", sólo veo ganas de hablar…
3 comentarios:
Es muy buena la columna si, pero como bien dices al final te das cuenta de con quien puedes hablar y con quien no y vas cerrando poco a poco el grupo y al final te quedas con 2 o 3 personas como mucho.
Al menos eso me pasa a mi.
Pero con eso basta, porque sabes que esas personas estan sintiendo lo que les estas contando, comprendiendolo, riendo o llorando y al final, eso es lo que importa
Gracias, Santi... Ayer no conseguí el ADN, y... no pude leer la columna de opinión del final. Y la verdad es que, es lo que más me gusta del periódico gratuito, por eso ¡gracias!
Ya sabes que aquí hay dos oídos dispuestos a escuchar...
;-)
ya sabeis....SOY TODO OIDOS!!!!!!
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