" Bares, qué lugares, tan gratos para conversar..."
Gabinete Caligari
Al calor del amor en un bar
Gabinete Caligari
Al calor del amor en un bar
Debo decir que he aprendido mucho delante de un café o una buena cerveza fría, más que en la universidad, porque esta es la verdadera universidad de la vida, me encanta pasar las horas muertas vendiendo consejos de esos que luego para mi no aplico o que ni siquiera tengo. Es gratificante estar en una atmosfera relajada, ahora sin humo aunque si con el constante ruido de todos los allí presentes filosofando sin parar, charlando de manera distendida, haciendo que lo que nos parece un mundo, lo más, se transforme en una nimiedad cuando lo compartes con alguien.
Las confesiones quedan amparadas por el tintinear de los vasos, el sonido de la cafetera, el rumor de las conversaciones ajenas… y bajo ese manto de protección “nos desnudamos” como si estuviéramos tumbados en el diván de la consulta de un buen psicólogo.
Se trata de momentos de reciprocidad en los que das y recibes a partes iguales, o no, en los que dejas libertad para que tu estado de ánimo se manifieste y te olvidas de controlar tus emociones, puedes reír, llorar, indignarte… todo está permitido pues, cuando pagues la cuenta y te marches lejos de allí no habrá problema porque lo ocurrido quedará encerrado entre esas cuatro paredes.
¿Existe mejor psicología que la que se practica en un bar?
3 comentarios:
Bueno Santi!!! En el parque columpiando a la niña también vale nooooo???? jeje
besitos
tienes razón Roci, en el parque con la peque también vale....jajajajaja, el tío santiaguín lo pasó muy bien, hacía ya tiempo que no hablabamos tanto y la niña está preciosa y ya no llora conmigo....jejeje ;P
¿sabes cual es la diferencia? que contigo no me hace falta cervezas para "desnudarme"....
muchas gracias!!!
TQM, Y LO SABES, aunque a veces sea un pedorro y no te llame....jejeje
besos
Me ha encantado este post, estoy totalmente deacuerdo.
En pocas ocasiones uno se relaja tanto como cuando estás sentado con amigos riendo y tomando cañas sin parar, sin lugar a dudas todo parece tremendamente sencillo, se arregla el mundo en un santiamén, será que la cerveza también refresca el alma.
Columpiar a la enana en el parque es otra sensación maravillosa, de las que te hacen sentir grande y pequeñita al mismo tiempo.
En fín que yo también os quiero mucho a los dos.
Besazos
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